Gracias a un proyecto de inversión del Serfor, en la comunidad cusqueña de Chonta se construirá un centro de conservación e interpretación para el cóndor andino, una especie en peligro de extinción.
A casi tres horas del Cusco, en la provincia de Anta, los comuneros de Chonta cuentan que cada vez que se reúnen para tomar decisiones o celebrar eventos importantes, suele aparecer el cóndor andino sobrevolando los cielos de su comunidad. Quizás como una señal de anuencia o advertencia, lo cierto es que su participación es esperada e inspirada.
En la cosmovisión andina, el cóndor (Vultur gryphus) está asociado a la sabiduría, y junto con el puma y la serpiente conforman una trilogía sagrada, los cuales marcan una fuerte conexión con la naturaleza.
La mañana del miércoles 7 de diciembre no fue la excepción: mientras los comuneros se reunían con los representantes de la municipalidad del distrito de Limatambo, el párroco y la delegación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) procedente de Lima y del Cusco para colocar la primera piedra del Centro de Conservación del Cóndor Andino, la majestuosa ave no tardó en aparecer ante la vista de los invitados. Los comuneros asentaron sonrientes.
Zona estratégica
Desde hace ocho años, la comunidad de Chonta lucha por convertirse en una zona ecoturística de avistamiento de cóndores, que sea reconocida y conectada a los tours procedentes del Cusco
Querido cóndor. Los voceros de la comunidad participaron activamente en la creación del centro.
Potencialidades les sobran. Según el especialista en fauna silvestre del Serfor, Víctor Vargas García, en el primer Censo Nacional del Cóndor Andino, Chonta fue uno de los puntos estratégicos donde se contabilizó el avistamiento de diez cóndores.
“Esto nos permite conocer en qué situación está el cóndor en Chonta, ver cómo aprovechamos su presencia para realizar actividades de ecoturismo de observación y fotografía de esta ave, ver proyectos de infraestructura con el fin de generar ingresos para la comunidad”, dice Vargas.
Chonta se encuentra tan organizado que cuenta con un presidente del Comité de Vuelo del Cóndor. Curiosamente, tiene el apellido de otra ave: César Pariguana. Él se mostró muy emocionado con la posibilidad que su comunidad haya sido elegida para construir el primer Centro de Conservación del Cóndor Andino del Cusco en un terreno superior a las tres hectáreas, donado para ese fin por la comunidad.
Encuentros cercanos
Desde la parte más alta del poblado de Chonta se inicia la ruta para ir al santuario de los cóndores, el camino parece trepar los cerros. La puerta de entrada siempre tiene a una persona encargada que registra a los visitantes y se asegura que los mismos retornen. Un bonito baño construido con el apoyo de los alcaldes de Limatambo, un letrero de ingreso y una puerta de acceso marcan el inicio de la caminata.
Mientras recorremos las pendientes hacia el mirador de los cóndores, se abre paso el gran cañón del Apurímac y extensos paisajes de interminables cadenas de montañas de color gris verdoso que hace contraste con el cielo azul y las nubes blancas. Esta vista genera algo tan hermoso como ver el mar.
Caminos cuesta arriba y recordamos las palabras del científico cusqueño José Antonio Ochoa, quien la noche anterior nos recordó que el cóndor estuvo en el escudo nacional de 1821, que simboliza a los Andes y es el emblema de nuestro país. “Por eso, el censo del cóndor andino nos permite conocer la situación de esta especie y nos brinda muchas oportunidades para poder conservarla, con acciones de educación y ecoturismo como el de Chonta”, nos dijo. Ochoa llamó a todos a unirnos y desarrollar estrategias con el fin de salvar a esta especie.
Sobre los 3,800 m.s.n.m., llegamos al primer mirador. Hacia abajo en el medio de las montañas se ve el río Apurímac que delimita el departamento del Cusco con Apurímac. Aún no hay cóndores a la vista. De niña, yo solo había visto al cóndor en lo alto de una jaula del zoológico de la ciudad y siempre me cautivó su collarín blanco.
Después de casi una hora de caminata, de recorrer cuatro kilómetros, aparecen los dos miradores sobre una pequeña explanada rodeada de roquedales y pendientes, hábitat ideal para los cóndores. Esta especie necesita de fuertes corrientes de aire para desplazarse.
Apenas llegamos y nuestro ansiado deseo se hizo realidad: como buen anfitrión, el cóndor vino a nuestro encuentro. Voló encima de nosotros y nos abrazó con su energía. Los rayos del sol, el viento, el hermoso lugar de cielo despejado y montañas hicieron este momento mágico, de otra dimensión.
Apenas recuperados de esta emoción, aparecieron otros cinco ejemplares más, entre juveniles y adultos. Nos rendimos ante ellos y nos comprometimos a apoyar su conservación para asegurar su sobrevivencia. (Lissete Herrera Casas / Serfor)
Datos:
Gracias al Proyecto de Inversión “Mejoramiento del Servicio de Recuperación del Cóndor Andino en el Perú”, Serfor construirá el primer Centro de Conservación del Cóndor Andino en Chonta, Cusco.
El plan es construir centros similares en Arequipa (a mediados del 2023) y Lima.
Con el apoyo de entidades públicas, privadas y la sociedad civil, Serfor realizó el I Censo Nacional del Cóndor Andino en el Perú, en 16 departamentos del país. Los resultados se dieron a conocer este mes.
Permitió conocer las nuevas amenazas que enfrentan los cóndores como los incendios forestales, y los cables de luz donde estas aves chocan y colisionan.
Cifras:
301 ejemplares arrojaron los resultados del I Censo Nacional del Cóndor Andino en el Perú.
3.7 hectáreas donó Chonta para el primer Centro de Conservación del Cóndor Andino del Cusco.